Cuando hacemos una presentación nos gustaría que todo el mundo se llevara el 100% de nuestro mensaje en su cabeza, aunque por mucho que nos guste esto no deja de ser una utopía…
Pero sí podemos aspirar a que salgan de la misma con las ideas principales, y esto ya sería un éxito.
A continuación, puedes encontrar 7 consejos que van a hacer que nuestro mensaje se quede en la memoria a largo plazo de nuestros interlocutores
Capta la atención, haz algo fuera de lo común
Imagina que en medio de una presentación el ponente hace aparecer una paloma de un pañuelo, o de un papel en llamas, seguramente nunca lo olvidarías. No es necesario hacer magia (aunque ayuda) puedes salir a la presentación con algo “singular”, que puedes justificar más tarde, pero ya habrá cumplido su misión, conseguir la atención de tu público.
Simplicidad.
Una presentación no debería contener más de tres ideas (el número mágico) y cuanto más simple mejor; evita caer en el “mal del conocimiento”. Como decía Antoine de Saint-Exupéry: “Un diseñador sabe que ha alcanzado la perfección no cuando no hay nada más que añadir, sino cuando no hay nada más que quitar”.
Usa las emociones, usa palabras que generen emociones.
Hay estudios que demuestran que las palabras emocionales se recuerdan mejor. Palabras como amor, felicidad, muerte o pistola se recuerdan mejor que palabras neutras, como silla o lápiz.
Mantén la atención, crea expectación.
Igual que es importante captar la atención, de nada sirve si esta no se mantiene. Una forma de mantenerla es crear un hueco de conocimiento al principio de la presentación para llenarlo posteriormente. No expongas los hechos simplemente, crea un puzle para que la audiencia sienta la inquietud de resolverlo.
Cuenta historias veraces que hayas vivido.
Nada llega más a tu audiencia que vivencias en las que has participado, el sentimiento se transmite.
Sé concreto.
No te vayas por las ramas, sé concreto en tus palabras y en el desarrollo de la ponencia. Está demostrado que las palabras sencillas (garbanzo, moto) son más memorables que las abstractas (lealtad, justicia).
Termina “arriba”.
Igual que en los espectáculos de magia el “truco final” tiene que ser el más memorable, en una presentación siempre se tiene que acabar arriba, no hace falta crear nieve de una servilleta ni fuegos artificiales, puede ser el momento de tratar de corazón de tu audiencia. Recuerda, de todo lo que oirán lo más probable es que recuerden el principio…y el final…y si tienes suerte y lo has hecho bien…algo del medio.